Domingos vacíos, aburridos y apáticos. Parejas de mayores practicando marcha en chándal por la city. Parejas de jóvenes, unos durmiendo y otros regresando a casa. Parejas de maduros en bici unos y en la cola de la panadería otros.
-No me gustan los domingos, Juan. Si pudiera los borraba del calendario. ¿sabes una cosa? al acabar el domingo me di cuenta que estaba con armas negras.
-¿Qué dices? ¿Ya estamos? -repuso Juan-
-Te explico -le dije mientras le mostraba el sillón orejero-
Juan se sentó y le ofrecí la mitad de una chirimoya y una cucharilla.
-Verás, cuando los caballeros medievales se entrenaban para el combate, usaban unas espadas de hierro corrientes sin filo con un botón en la punta, como los floretes de hoy en día que se usan en esgrima, y recibían el nombre de armas negras.
-¿Y? -Preguntó Juan mientras escupía una pepita de la chirimoya en el cenicero-
-Pues que en oposición -contesté-, las que usaban en los torneos eran de acero, brillantes y con el extremo afilado, o como decían antes, con la punta en blanco. Los contendientes se presentaban al maestro de armas con sus escuderos quienes llevaban los escudos, y penachos.
Juan me cogió la Pepsi y la olió.
-¿Te imaginas Juan? -continué-. ¿Te imaginas qué espectáculo con música de fanfarrias, los estandartes al viento, las armaduras brillantes?. Todo eso quedó asociado a la frase de estar de punta en blanco; o sea estar con las mejores galas. Y ese dicho aún se aplica a quien está impecable desde la cabeza hasta los pies. Vestido como para un torneo... de elegancia.
- Y ¿qué tiene que ver eso con que estabas tú con las armas negras?
-Pues que al final del domingo, ese domingo apático, aburrido y gris, un "Hola wapo" lo llenó de color, se me abrió el cielo y yo no estaba de punta en blanco.
-Siempre lo estás -me dijo mientras se levantaba y poniéndome una mano en el hombro-. ¿Sabes? la Pepsi no te sienta bien.
Juan se contagió de mi risa mientras le acompañaba a la puerta.
- ¡Llámame para comer! -gritó sin mirarme mientras bajaba las escaleras-
Me encanta ese simpático bichito con gorrito rojo y esta nueva perspectiva femenina también.
ResponderEliminarUn beso navideño
Eleonora
Aparta el matasuegras. Voy a besarte.
ResponderEliminarmmmmm Feliz Nochebuena