viernes, 23 de abril de 2010

El Orinal y los Monos

Por la razón que fuera, hay cosas que permanecen en la memoria para siempre.
Tendría yo 7 u 8 años, seguramente, aunque imposible de precisar. Aquel orinal grueso de porcelana blanco brillante, muy pesado lo guardaba en una mesilla con puerta. Por la noche lo sacaba y lo dejaba debajo de la cama para cuando tuviera que usarlo y recuerdo que lo hacía de rodillas. Tiempo más tarde lo dejaba detrás de la puerta de la habitación, la cual compartía con mi abuela y que tenía su propio orinal. Y otro tiempo después, decidí sin decir nada a nadie, no miccionar en el orinal y hacerlo en el Baño. Desapareció ya el orinal y no pasó nada. Lo tengo fresco en la memoria como si fuera ayer.
Esto me da pie para el siguiente relato:


"Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas.

Cuando un mono subía la escalera para cojer las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros le daban una somanta de palos. Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas.


Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. Lo primero que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido. Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería: "No se, aquí las cosas siempre se han hecho así""


"Es mas fácil desintegrar un átomo que un pre-concepto"
Albert Einstein

2 comentarios:

  1. Estamos entre el mono y la banana. Cada peldaño de subida puede ser motivo de singularidad y satisfacción; pero no subir puede parecer un gran fracaso ante nosotros mismos y frente a una sociedad que espera ansiosa señalarnos con el dedo acusador, sin darse cuenta que mientras un dedo nos apunta a nosotros, cuatro mas señalan hacia ella misma.
    Ainsssss!!! No siempre la recompensa ha de estar al final de la escalera. Las zonas intermedias dan lugar a momentos de placer absolutos.
    Fiuuuuuuuuuuuuu!!!!! Directos a las bananas!!!!!!!!!

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  2. Yo comentaré el apartado del orinal.
    Sí, esos son trozos de nuestra vida que se retienen en la memoria y nunca perdemos,incluso un alzehimer,que suele borrar los últimos años pero no los primeros.Cuando fijamos el teclado, pasarán años sin practicar y perderás pulsaciones, pero cuando pongas las manos encima de uno, los dedos solitos se irán hacia las teclas.Eso no se olvida nunca.Son fijaciones de memoria.Tenemos muchas y algunas ni nos damos cuenta..

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