lunes, 20 de febrero de 2012

De capa caída


Perdí la oportunidad o se me pasó el arroz para:

Tener muchos, muchos trofeos deportivos en una vitrina de mi casa.

Hacer la carrera de medicina. En casa, cuando me portaba mal o llevaba malas notas, me amenazaban con meterme en un internado y eso me daba terror. Ya en 4º de Bachillerato cuando se hablaba de hacer una Carrera, se me hacía muy difícil pensar que tenía que irme fuera más de 5 años para ir a la Universidad.

Ser cofundador de la Televisión Vasca. Participé en el estudio y reuniones para crear una Televisión Vasca, cuando solo existía TVE1 y la 2 por UHF.

Ganar mi primer millón de pesetas con la venta al Ayuntamiento de Sn. Sn. del reportaje que realicé de los primeros Carnavales después de la prohibición. Cuando estaba ya todo casi pactado, hubo un cambio de gobierno y el nuevo no lo aprobó.

Dirigir una película. Hice algunos cortos y el salto al 35 mm se me truncó por prioridades familiares; dejémoslo ahí.

Ser paracaidista. En la mili mientras hacía el Campamento, pretendían que fuera paracaidista. Me lo pensé durante 3 días. El desconocimiento del destino me echó para atrás.

Ser más precoz sexualmente. Recuerdo que en el colegio durante el Ingreso, (era el año que precede al Bachillerato) si no estoy equivocado, debería tener entonces 11 años y los compañeros de clase hablaban de una niña que se dejaba tocar las tetas en un garaje cercano y que sólo había que tocar la puerta y entrar. Aquello me espantaba. El hecho de que me vieran entrar me daba autentico pánico.

¡Cuando sueño tengo otra vida! ¡Me encanta recordar mis sueños al despertar! Algunos perduran para siempre y otros apenas media hora. A veces hasta dudo si realmente la vigilia es cuando creo que duermo.

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